Los bollos típicos de Madrid

  • Las torrijas: Son unos dulces habituales en muchas regiones de España, entre ellas la capital española, y representa otro ejemplo de la ‘humildad’ de la pastelería tradicional. Las torrijas se hacen con rebanadas de pan duro, que se mojan en leche y en huevo batido, posteriormente se fríen en aceite de oliva bien caliente y al sacarlas se introducen en una bandeja con leche o bien vino. Se puede agregar canela o azúcar por encima. Por norma general se toman en Semana Santa, si bien algunos establecimientos (pocos) las ofrecen todo el año, como la Casa de las Torrijas.

    Los barquillos: Explicado gráficamente para que se comprenda, los barquillos en realidad son como la galleta en forma de cono que llevan los helados de cucurucho. Pero en la villa de Madrid se elaboran con formas variadísimas y se comen sin el helado. Fueron muy populares en la posguerra, en verdad brotó un oficio propio: el barquillero, que no solo elaboraba los barquillos sino que los vendía por la calle, de forma frecuente por medio de un juego de apuestas: una especie de ruleta rusa artesanal en la que se apostaba a un número, arriesgándose a comer gratis el dulce o bien pagarlo al doble. Realmente, las reglas dependían más bien del barquillero, que todavía hoy se dejan ver por el centro, aunque desgraciadamente cada vez menos.

    Los churros: No son originales de Madrid(mas tal y como si lo fuesen), son seguramente los más populares. Su elaboración es realmente fácil, puesto que están hechos a base de agua, azúcar, sal y harina, todo ello frito en aceite de oliva. A las porras se les añade bicarbonato de sodio, por eso se hinchan y son más esponjosas, en contraste al churro, que es más fino y crepitante. Las dos se acostumbran a bañar en una taza de chocolate.

    Las rosquillas : Diríase que es el bollo propio de los ‘madrileños’. Cuando se acerca el día de San Isidro, especialmente desde principios de mayo hasta el día del santurrón (15 de mayo), los escaparates de las reposterías de la ciudad se marchan llenando con estos 4 géneros de rosquillas, con la misma base (harina, azúcar, huevos, limón, anís y aceite de oliva).

    Las coronas de la Almudena: Es un estilo de roscón de reyes que se come solo en la capital española, puesto que la Almudena es la patrona de la ciudad, si bien es un dulce muy reciente. Realmente, en 1978 se organizó un concurso entre los reposteros madrileños para ‘alumbrar’ un nuevo pastel que se sumase a la oferta de la urbe, pero haciendo un guiño a la Virgen. Es muy semejante a un roscón de reyes, con base de harina, huevos, leche y azúcar, y con un relleno, con frecuencia de crema.

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